LA ECOLOGÍA Y LOS SISTEMAS SOCIO-ECOLÓGICOS: Cuando el vínculo humano-naturaleza entra en escena

La ecología ha ido evolucionando en la inclusión del ser humano en sus estudios de los patrones y procesos que explican las interrelaciones entre los seres vivos con el entorno. Especialmente, desde el impulso de la visión sistémica por Eugene Odum el ambiente tomó relevancia junto a la ecología de ecosistemas. En esta visión sistémica los seres humanos somos incorporados como un organismo más en el ambiente. Si bien fue preponderante el rol de los humanos como factor externo o impulsor de los cambios en los ecosistemas, estas ideas han ido to mando diferentes formas con la incorporación de las ciencias sociales en el estudio de los ecosistemas y en la definición de los problemas ambientales. En particular, en el campo del manejo de los ecosistemas y laconservación de la biodiversidad.

Con el surgimiento del concepto de sistemas socio-ecológicos, MarianGullco_tramaque vincula las interacciones entre los seres humanos y los ecosistemas sobre escalas físicas concretas (cuencas, regiones, territorios), el ser humano es parte integral de los ecosistemas. El estudio de los sistemas socio-ecológicos incluye desde la resiliencia y la vulnerabilidad asociadas a la teoría de complejidad de los sistemas, a la sustentabilidad, la equidad, la justicia y las relaciones de poder insertas en la toma de decisiones, así como el bienestar humano y la gobernanza. Podríamos ubicar los inicios del concepto sistemas socio-ecológicos en Fikret Berkes y Carl Folke en 1998, que entre otros colegas convergerían en la red científica Resilience Alliance. Aunque Challenger y colegas (2015) lo atribuyen respecto a la gestión ambiental en un trabajo de Gilberto Gallopin et al. en 1989. Como otras ideas fundamentales en el conocimiento científico, este concepto pudo haber nacido simultáneamente entre diferentes grupos de investigación trabajando en problemáticas similares. Actualmente muchos científicos de diferentes regiones del mundo impulsan y profundizan el estudio de los sistemas socio-ecológicos (ver Balvanera et al. 2017 para el caso de México).

Diversos marcos conceptuales buscan comprender los sistemas socio-ecológicos en el contexto de las problemáticas ambientales (cambio climático, degradación de recursos, pérdida de biodiversidad, contaminación ambiental y otras, Binder et al. 2013). Quizá es muy reconocido el marco conceptual de los sistemas socio-ecológicos que proponen Ostrom y colegas en 2009. Ese marco nace entre la economía, la política y la ecología para analizar la sustentabilidad de los recursos naturales comunes desde la acción colectiva. A pesar de su planteamiento concreto y operable y su popular conocimiento entre ecólogos y economistas ecológicos, se critica a este marco por su planteamiento de la acción colectiva “instrumental”, producto de un cálculo racional (“rational choice”, Peterson 2010, 2014) soportado desde una perspectiva racional y utilitarista. Los supuestos de la lógica racional sobre el comportamiento humano no necesariamente son aplicables a todas las culturas y sociedades. Otra observación importante al marco es que se limitan los ecosistemas como recursos y se pierden de vista las contribuciones de los procesos ecológicos que subyacen las cuestiones que plantea la sustentabilidad (Epstein et al. 2013).

Para enriquecer este marco se pueden recuperar otras perspectivas de las ciencias sociales que estudian la acción colectiva (por ejemplo, ver Paz-Salinas 2005). Tomando en cuenta diferentes perspectivas, la acción colectiva puede ser parte de un resultado de condiciones estructurales que aparecen como realidad construida fuera del sujeto. Un resultado de las acciones institucionales producto de un cálculo racional. Un proceso de construcción de significados y prácticas de interacción social. Además, el marco de los servicios ecosistémicos, que resalta la función de los ecosistemas y no solo la provisión de los recursos, pueden complementar los objetivos del diagnóstico que se proponen los marcos de socio-ecosistemas para generar un conocimiento transformador en casos reales (Partelow y Winkler 2016).

Tengamos en cuenta que los marcos conceptuales tienen ventajas y limitaciones, también tienen una postura epistemológica que necesitamos reconocer en el momento de emplearlos. Los sistemas socio-ecológicos pueden analizarse desde diversas perspectivas. Por ejemplo, la reciente propuesta de las “contribuciones de la naturaleza para las personas” enfatiza el rol de la cultura en la relación de los seres humanos con la naturaleza (Díaz et al. 2018). Si bien el concepto despertó el debate (por ejemplo, ver Peterson et al. 2018), es clave la inclusión de los diferentes sistemas de conocimiento (locales, indígenas, basados en la empírea) y el estudio de la cultura en el centro del vínculo humanos-naturaleza. Los conocimientos locales y tradicionales como parte del concepto de sistemas socio-ecológicos remarcan la visión integradora de ser-en-la-naturaleza. Estos avances nos llevan a enriquecer los marcos teóricos para estudiar este conjunto de conceptos paradigmáticos en la ecología donde se integran los sistemas socio-ecológicos, el rol de los seres humanos y la sustentabilidad. Reconocer y abordar teórica como empíricamente las relaciones intrincadas y complejas del ser humano al interior del ecosistema, como parte de los procesos socio-ecológicos, dan elementos para reflexionar críticamente en la gestión ambiental e impacto en las políticas públicas. Además, plantean nuevas fronteras metodológicas para estudiar procesos complejos y prometen cambios en la intersección entre ciencia y política ambiental. El pensamiento interdisciplinar y transdisciplinar que toman un papel protagónico, los abordaré en una futura entrada.


Imagen: “Trama” de Mariana Gullco, 2010. En http://www.nodalart.com/Mariana_gullco.html#page (visitado 12 de agosto 2018).

Referencias

Balvanera, P., Astier, M., Gurri, F. D., & Zermeño-Hernández, I. (2017). Resiliencia, vulnerabilidad y sustentabilidad de sistemas socioecológicos en México. Revista Mexicana de Biodiversidad, 88, 141-149. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1870345317301793

Berkes, F. y Folke, C. (1998). “Linking social and ecological systems for resilience and sustainability”. En Berkes, F. y Folke, C. (Eds.). Linking social and ecological systems: management practices and social mechanisms for building resilience (págs 1-26). Cambridge University Press, Cambridge, UK

Binder, C. R., J. Hinkel, P. W. G. Bots, and C. Pahl-Wostl. 2013. Comparison of frameworks for analyzing social-ecological systems. Ecology and Society 18(4). https://www.ecologyandsociety.org/vol18/iss4/art26/

Challenger, A., Bocco, G., Equihua, M., Chavero, E. L., & Maass, M. (2015). La aplicación del concepto del sistema socio-ecológico: alcances, posibilidades y limitaciones en la gestión ambiental de México. Investigación ambiental Ciencia y política pública, 6(2). http://www.revista.inecc.gob.mx/article/view/227#.W29bbOgzbIU

Díaz, S., U. Pascual, M. Stenseke, B. Martín-López, R. T. Watson, Z. Molnár, R. Hill, K. M. A. Chan, I. A. Baste, K. A. Brauman, S. Polasky, A. Church, M. Lonsdale, A. Larigauderie, P. W. Leadley, A. P. E. Van Oudenhoven, F. Van Der Plaat, M. Schröter, S. Lavorel, Y. Aumeeruddy-Thomas, E. Bukvareva, K. Davies, S. Demissew, G. Erpul, P. Failler, C. A. Guerra, C. L. Hewitt, H. Keune, S. Lindley, and Y. Shirayama. 2018. Assessing nature’s contributions to people. Science 359(6373):270–272. http://science.sciencemag.org/content/359/6373/270

Epstein, G., J. M. Vogt, S. K. Mincey, M. Cox, and B. Fischer. 2013. Missing ecology: integrating ecological perspectives with the social-ecological system framework. International Journal of the Commons 7(2):432–453. https://www.thecommonsjournal.org/articles/10.18352/ijc.371/

Gallopin, G. C., P. Gutman y H. Maletta, 1989. Global impoverishment, sustainable development and the environment: a conceptual approach. International Social Science Journal XLI (121): 375-397.

Partelow, S., and K. J. Winkler. 2016. Interlinking ecosystem services and Ostrom’s framework through orientation in sustainability research. Ecology and Society 21(3):27. https://www.ecologyandsociety.org/vol21/iss3/art27

Paz-Salinas, M. F. 2005. La participación en el manejo de las áreas naturales protegidas. Actores e intereses en conflicto en el Corredor Biológico Chichinautzin, Morelos. Page (CRIM-UNAM, editor). Cuernavaca-Morelos, Mexico.

Peterson, N. D. 2010. Choices, options, and constraints: decision making and decision spaces in natural resource management. Human Organization 69(1):54–64. https://www.jstor.org/stable/44148587

Peterson, N. D. 2014. Breaking the bounds of rationality: values, relationships, and decision-making in mexican fishing communities. Conservation and Society 12(3):245–256. http://www.conservationandsociety.org/text.asp?2014/12/3/245/145135

Peterson, G. D., Z. V. Harmackova, M. Meacham, C. Queiroz, A. Jiménez Aceituno, J. J. Kuiper, K. Malmborg, N. E. Sitas, and E. M. Bennett. 2018. Welcoming different perspectives in IPBES: “Nature’s contributions to people” and “Ecosystem services”. Ecology and Society 23(1):39.  https://doi.org/10.5751/ES-10134-230139

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