Steven Cooke, fisiólogo de la conservación y editor de la revista Conservation Physiology compartió, a finales de enero, el siguiente tweet que por decirlo menos causó revuelo en la “tweetosfera” académica. Verlo me hizo repensar algunas ideas por ahí latentes las cuales intento organizar en esta entrada y compartirlas con Uds. Cooke, con más de 60 artículos publicados al año, afirma que es posible mantener una alta productividad científica sin sacrificar el sueño o la familia, es decir, manteniendo el llamado “work-life balance”. Varias personas respondieron a su tweet felicitándolo, expresando su admiración y algunas incluso cuestionaron que esa alta producción se debe a que tiene un número importante de postdocs, estudiantes de postgrado y técnicos en su laboratorio; a lo que él respondió que si bien eso es cierto y ayuda, tiene la responsabilidad adicional de coordinar y buscar dinero constantemente para que los proyectos avancen y las personas sigan trabajando sin problema. También afirmó que una de las razones de su “éxito” es el soporte de su esposa y familia. Y es justo esto último lo que llamó mi atención. Tras leer su tweet pregunté si su esposa también es investigadora. A lo que él amablemente respondió que no, trabaja en educación pero no en la academia. “Es el ejemplo de la mujer detrás del gran hombre”, pensé.
