Si en algún tema estoy autorizado a hablar, además de ecología de la reproducción de plantas y el heavy metal, es en el rechazo de manuscritos académicos. Pero, como bien decía el buen Friedrich Nietzche, “Lo que no te mata te engorda…” y, considero que después de un par de décadas transcurridas desde que envié mi primer artículo a una revista científica, he logrado construir una estrategia para capitalizar el rechazo e incluso, abatirlo. Considero que los colegas, especialmente aquellos más jóvenes podrían beneficiarse de esta experiencia y por eso, estoy gustoso de compartirla con la audiencia de Ecolatino.
El tema de “mejorar la actitud ante el rechazo” no sólo es común en las terapias psicológicas, también lo es en el medio académico. En el caso específico de la Ecología, el tema se ha abordado en foros de prestigio internacional [1, 2], así como en foros más informales, similares al nuestro, pero con una audiencia igualmente internacional [3]. Sin embargo, no se ha tocado en el contexto latinoamericano y pregunto: ¿tiene el tema las particularidades necesarias para abordarlo en un contexto latinoamericano? definitivamente sí. Los latinoamericanos no sólo NO somos “native speakers”, sino que también pertenecemos a una región geográfica y económica referida como el tercer mundo, sobre la cual pesa un prejuicio bien documentado en el mundo de las publicaciones internacionales arbitradas [4, 5]. Así mismo, a diferencia de los países europeos o norteamericanos de habla inglesa, tenemos todavía una serie de tareas descriptivas pendientes (como lo son los inventarios biológicos) y ecosistemas endémicos cuyo estudio puede ser desafiante poner en un lenguaje interesante para una comunidad internacional de ecólogos.

Una vez justificado el tema, iniciaré por lo que creo puede ser de mayor interés: evitar el rechazo. Después de esto, hablaré de cómo “capitalizar” el rechazo. Empezaré diciendo que, aunque el rechazo de un artículo siempre es una posibilidad, actuar bajo esta premisa no es la mejor estrategia. Visualizar el rechazo como un destino altamente probable, nos hace relajar “el control de calidad” y, por lo tanto, indirectamente, terminamos afectando el pronóstico de nuestro manuscrito; amén de decir que es tiempo y recursos valiosos usados de forma subóptima. El objetivo de escribir un trabajo debe ser que se publique en el primer intento. Frases como: “a ver qué nos dicen”o “si nos los rechazan en X, lo enviamos a Y”, lamentablemente, se han hecho comunes en la comunidad y denotan que el manuscrito aun no está listo o no existe una reflexión profunda sobre cuál es el foro más adecuado para publicarlo.
Mi primera recomendación concreta para evitar el rechazo es NO enviar un manuscrito que no esté 100% listo. Alguien que conoce bien su tema, conoce cuál es el esfuerzo mínimo tanto, en número de réplicas como en seguimiento temporal, para poder ser considerado para su publicación en una revista especializada. No es una buena estrategia cosechar los datos antes del tiempo prudente para que los factores de interés surtan efecto sobre la variable dependiente (máximo si eso requiere desmontar un experimento). ¿Cómo saber si el manuscrito está listo? Sencillo, si tus tamaños de muestra o seguimiento temporal no son parecidos a estudios similares o, si no estás satisfecho con la redacción, el manuscrito no está listo. Es natural que nuestra lectura se vuelva miope cuando leemos y releemos múltiples veces el mismo trabajo, sin embargo, dejarlo descansar, alternar otras actividades o, solicitar a un compañero su opinión, puede refrescar tu ojo editorial y ayudarte a llevarlo a un punto en el que te sientas orgulloso cada vez que lo leas. Es común que los tiempos administrativos nos intimiden y tomemos la decisión precipitada de enviarlos sin estar completamente satisfechos. Sin embargo, debemos considerar que “enviar” un manuscrito, no representa un avance, por lo general la meta sólo se alcanza hasta que el manuscrito es aceptado o publicado.
Otro aspecto crítico es el idioma. Considerando que la mayoría de las revistas en el campo se publican en inglés; los revisores, desafortunadamente, tienden a pensar que alguien no nativo tiene mayor probabilidad de incurrir en errores gramaticales y estarán más al pendiente de este detalle. Si eres bueno en el inglés, aún así es costo-efectivo contratar un revisor de estilo. Un inglés “gramaticalmente correcto” no es sinónimo de “claro” o “elegante”. Si ya pagaste uno de estos servicios, puedes solicitar una carta del revisor de estilo donde de fe que el inglés es correcto, esto ayudará a que no te enfrentes con la incómoda pero frecuente sugerencia: “The English have to be revised by a native speaker”. La cantidad de manuscritos rechazados en el escritorio (conocido como “desk rejection”) por asuntos del idioma no es para nada menor y, algunas veces, no está justificado [6].
Otro aspecto fundamental es la selección de la revista. Sugiero fuertemente dedicar tiempo a buscar foros apropiados para tu investigación, leer el “scope” y los artículos más recientes. En lo personal, prefiero elegir la revista antes de empezar a escribir, de esta manera, puedo perfilar el trabajo para la revista objetivo y dar el formato requerido desde el primer borrador. La mejor revista NO es la de mayor factor de impacto, sino la que te garantice llegar a los lectores indicados. Un estudio descriptivo, observacional, con tamaño de muestra limitado es difícil que sea bienvenido en revistas tradicionales de alto impacto con altas tasas de rechazo. Si la novedad de tu estudio radica en el grupo taxonómico o bioma, revistas orientadas a ciertos grupos (e.g. Journal of Mammalogy, The Colleopterists Bulletin) o áreas geográficas (e.g. Journal of Tropical Ecology, Tropical and Subtropical Agroecosystems) pueden elevar significativamente las probabilidades de éxito relativo a revistas interesadas en avances generales en la teoría ecológica. Publicar en una revista latinoamericana NO tiene que ser el destino de un trabajo “no muy bueno” o la “última opción”. Las revistas latinoamericanas son los foros ideales para dar a conocer estudios especialmente relevantes para esta parte del mundo. En esta región ya existen revistas con larga tradición y normas editoriales estrictas; por ejemplo en México, existen revistas indizadas en el JCR que son reconocidas en todos los sistemas de evaluación (FI > 0.5) de este país, son de libre acceso, la publicación es gratuita y se aceptan trabajos en inglés. Por lo tanto, si tu interés es avanzar en el conocimiento de aspectos relevantes para el contexto local, la mejor opción son estas revistas, los animo a escribirlas en inglés ya que existe en el mundo un interés renovado en especies/sistemas no modelo que pueden encontrar interesante tu trabajo. Finalmente, publicar tu trabajo en la modalidad de pre-print puede ser muy ventajoso. Además de permitirte recibir retroalimentación inmediatamente después de terminar su redacción, los comentarios pueden ser presentados ante un comité editorial de alguna revista y el trabajo estará disponible para consulta de forma inmediata e incluso, es citable.
Es momento de pasar a la parte que más angustia: el rechazo. ¿Qué haces cuando te rechazan un manuscrito? Aquí deseo distinguir entre un rechazo de escritorio y un rechazo inspirado en una revisión por pares. Definitivamente el más frustrante es el de escritorio, ya que el “feedback” que se obtiene es limitado. Esto sucede más frecuentemente en revistas que tienen una alta demanda y que guardan el formato tradicional de publicación como una cantidad determinada de artículos por número y una periodicidad fija. Si esto sucede sugiero no preocuparse mucho, estas decisiones tienen un grado alto de subjetividad, el estudio puede tener gran calidad, pero el editor pudo haber pensado que no sería tan atractivo para su audiencia. Algunos editores pueden sugerir transferirlo a su revista hermana, la cual generalmente es un foro de menor prestigio y sin limitaciones grandes de espacio (i.e. electrónica de publicación continua). Esta opción puede ser atractiva: además de que se retoman los comentarios de los revisores, típicamente no requiere reformatear el trabajo y se tiene la “bendición” del editor de la revista mayor, por lo que es difícil que te enfrentes de nuevo a un rechazo de escritorio. El aspecto negativo es que, generalmente, las “hermanas menores” tienen un costo de publicación y su reconocimiento entre los especialistas es mucho menor que la “hermana mayor”.

Respecto al rechazo basado en la revisión por pares, también distingo dos tipos de resultados: “reject a secas” y “reject but resubmit”. Empezaré por la segunda opción por ser el desenlace más optimista. Es poco probable que un trabajo con defectos de fondo importantes sea invitado a una segunda ronda de arbitraje, así que, en cierto sentido, consideraría al “reject but resubmit” como un éxito y, definitivamente, sugeriría tomar esta opción. Este tipo de decisión se da cuando el editor ve un tema atractivo y apropiado para su audiencia, pero, las revisiones son tales que atenderlos pueden llevar más tiempo del que se suele dar para una revisión promedio. En algunos casos también se puede visualizar la posibilidad de colectar datos complementarios que pueden fortalecer el estudio. Reenviar, lleva implícita la “bendición” del editor, lo que conjura un rechazo de escritorio. Además, la revisión representa una guía para perfilar el manuscrito para la revista que se ha elegido. Si enviar un artículo a una revista de alto impacto es una moneda al aire, cuando se opta por reenviar, la moneda estará cargada a tu favor.
Hacer una revisión requiere de una estrategia que rara vez se enseña en los programas de posgrado. Además de los aspectos técnicos, hay que poner en práctica la psicología social y la buena política. Una revisión que inicia con un tono receptivo, tendrá una mejor aceptación que una revisión con una postura defensiva o poco receptiva. Es innecesario poner resistencias a sugerencias de forma, el formato finalmente se define por las normas editoriales. Forcejear con un revisor por dónde poner una coma, además de inútil, lo hará pensar que somos poco abiertos a la crítica. Discrepar amablemente, es obligatorio, pero es importante considerar seriamente los argumentos del revisor y opinar solo hasta después de haberlos considerado plenamente. En el caso de sugerencias de reanálisis, es conveniente implementarlos y, aunque no se incluyan en el manuscrito, mostrar los resultados en la carta de respuesta para los revisores es lo ideal. Si el revisor señaló un presunto “faltante” u “omisión” que en realidad estaba presente, puede ser agresivo hacer un señalamiento de “falta de cuidado” de parte del revisor, en estos casos es mejor simplemente hacer referencia a la parte del texto donde está la información solicitada.
Para terminar, hablaré del escenario más duro el “reject” a secas, sin posibilidad de reenviar. Para empezar, “reject” no es el final del camino de un manuscrito, es un nuevo inicio o una oportunidad para ser fortalecido. Una buena revisión, pueden generar un manuscrito más fuerte. Desaconsejo la tendencia que consiste en ir de una revista de mayor a una de menor impacto, una buena revisión, pueden justificar ir en dirección inversa i.e. subir el estándar de la revista. En este sentido, el ejercicio de revisar los comentarios debe ser reflexivo e identificar los aspectos que fortalecen, diferenciándolos de aquellos puramente de forma, pero no desestimarlos, ya que estos pueden indicarnos áreas donde la comunicación no fue efectiva. Algunas veces los revisores inexpertos usurpan el papel de los editores y se toman la libertad de expresar al autor comentarios como “no es un trabajo para X revista” o “sugiero un foro más local” lo cual no es del todo apropiado. Este tipo de comentarios no contribuyen a los autores y la única reflexión que pueden generar es reconsiderar el foro.

Por favor, no destinen mucho tiempo a lamentarse de un rechazo, es más redituable usar ese tiempo en corregirlo. Si han tenido rechazos continuos de un mismo manuscrito, tal vez lo más sano es evaluar si el trabajo está realmente listo. Algunas veces si el impacto psicológico del rechazo es grande, particularmente en investigadores en formación, en estos casos conviene alternar manuscritos, y retomar cuando el ánimo mejore y la inspiración regrese.
Espero que no tengan que pasar por el trauma del “reject” con su próximo manuscrito, pero si se presenta, espero que los comentarios aquí vertidos sean de utilidad.
*Edición: Angela A. Camargo Sanabria
Excelentes sugerencias Miky. Las tendre en cuenta. Saludos cordiales.
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Gracias, esperamos sean de utilidad.
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[…] “Reject” — ¿Cómo los ecólogos pueden evitarlo o lidiar con él? (publicada por Miguel el 4 de agosto) con 296 visitas. […]
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